La Reserva Marina de Galápagos es uno de los mejores ejemplos de protección marina en la Tierra. El potencial para ampliar la conservación de la biodiversidad crítica se fortaleció enormemente en 2021 con la propuesta de crear una reserva de biosfera marina transfronteriza que conectaría y salvaguardaría puntos biológicos críticos a lo largo de una vasta ruta migratoria utilizada por tortugas marinas, tiburones y otras especies marinas en peligro de extinción entre Ecuador, Panamá, Colombia y Costa Rica.
Según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), las naciones costeras tienen jurisdicción sobre 12 millas náuticas de mar territorial que se extiende desde su costa. Estas naciones también tienen jurisdicción sobre la Zona Económica Exclusiva (ZEE) que se extiende más allá de sus mares territoriales hasta 200 millas náuticas. Sin embargo, más allá de este límite, las actividades extractivas carecen de una regulación efectiva.
Para abordar algunas de las lagunas regulatorias que existen en el actual marco internacional de gobernanza de los océanos y garantizar la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina en áreas fuera de la jurisdicción nacional, los gobiernos de la ONU acordaron un histórico Tratado de Alta Mar en marzo de 2023, también conocido como Tratado de los Océanos de la ONU. Una vez ratificado y entrado en vigor, este tratado facultará a los gobiernos a crear conjuntamente áreas marinas protegidas (AMP) más allá de sus jurisdicciones nacionales por primera vez.
En el futuro, el Tratado equipará a Ecuador, Colombia, Panamá y Costa Rica para proponer la protección de la alta mar en áreas de interés común, reforzando así los esfuerzos de gestión regional como el Corredor Marino del Pacífico Este Tropical (CMAR), que abarca más de 2 millones de kilómetros cuadrados, y al mismo tiempo apoyando el establecimiento de una visión, misión y plan estratégico regional. Además, proteger áreas clave de alta mar en la región CMAR podría ayudar a mitigar las amenazas que plantea la pesca no regulada, que socava las medidas de conservación y gestión sostenible implementadas por las naciones CMAR. El tratado también representa un camino para proteger áreas clave del océano que muchas especies migratorias amenazadas en AMPs de la región deben cruzar para llegar a hábitats costeros clave para reproducirse, anidar y alimentarse.
Foto de Fábio Erdos, Greenpeace.
Es por eso que nosotros, los abajo firmantes, unimos hoy nuestras voces para pedir a los gobiernos de Ecuador, Colombia, Costa Rica y Panamá que ratifiquen el Tratado de Alta Mar de la ONU con carácter de urgencia y expresen su compromiso de aprovecharlo para proteger la alta mar en áreas de interés común.
Estos gobiernos ya han dado admirables pasos para proteger los océanos en aguas nacionales, y ahora tienen una oportunidad histórica de demostrar su liderazgo global ratificando sin demora el Tratado de Alta Mar de las Naciones Unidas. De este modo, pueden impulsar los esfuerzos para proteger el 30% de los océanos para 2030, tal como se acordó en la COP15 de la CDB, inspirando a otras naciones a seguir su ejemplo. Si estos cuatro países defienden la protección de la alta mar en la región CMAR, serían un ejemplo para el resto del mundo, demostrando que la cooperación multilateral puede proteger los océanos para esta generación y las generaciones futuras.