El Universo POLÍTICA – Gladys Rivadeneira 23 de noviembre, 2020 – 06h00
Quito –
Ha pasado casi un año desde que el presidente Lenín Moreno dijera en la Cumbre del Cambio Climático de la ONU (COP25) que Ecuador analiza la extensión de la reserva marina Galápagos (RMG) y, hasta el momento, no se ha definido una postura gubernamental al respecto.
«Estamos analizando su ampliación (de la RMG) para cuidar ese patrimonio en beneficio de la humanidad, población local y su biodiversidad», dijo el 2 de diciembre de 2019, en la COP25, desarrollada en Madrid-España.
Al contrario, las posiciones se contraponen cada vez más. A propósito del debate que se generó en torno a la presencia de la flota pesquera internacional al borde de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Galápagos, varios ministros y viceministros de Estado empezaron a pronunciarse sobre el tema en comparecencias a la Asamblea.
Y mientras la Dirección del Parque Nacional Galápagos, que es parte del Ministerio del Ambiente, anuncia que esperan los resultados de un estudio que elabora la Universidad San Francisco de Quito para determinar la posibilidad de ampliación de la reserva, el Viceministerio de Pesca, parte del Ministerio de Producción, Comercio Exterior y Pesca, se opone a la ampliación de esta.
Actualmente, la RMG se extiende por 40 millas náuticas contadas a partir de la línea de base costera que, en superficie, representa 133.000 kilómetros cuadrados, la segunda más grande del mundo. Fue creada en 1998 con la expedición de la Ley Orgánica y Desarrollo Sustentable de Galápagos y, en el 2001, fue declarada como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.
Es considerada como un santuario de vida marina debido a que la confluencia de varias corrientes marinas genera una mezcla de aguas frías y calidad que permite la llegada y establecimiento de especies de diferentes zonas del océano Pacífico.
El 7 de octubre pasado, el viceministro de Pesca, Andrés Arens, manifestó que no es conveniente incrementar la reserva marina sin capacidad de control, que no existe sustento científico que avale una ampliación, y que esto sería perjudicial para el sector pesquero.
«Estamos hablando de especies altamente migratorias, las especies recorren muchísimos kilómetros al año, proteger un punto en el océano no va a hacer que se conserve de mejor manera las especies (…) Proteger todas estas áreas, crear prohibiciones, yo creo que no es la solución (…) «, dijo.
Así, Arens coincidió con la posición del sector pesquero que ha insistido en la no ampliación. Los gremios de pescadores, con sus intervenciones en el Legislativo, han logrado que dos comisiones se pronuncien en contra de esta iniciativa, cuyo análisis fue anunciado por el Gobierno en diciembre pasado.
Pese a estas declaraciones, el 18 de noviembre, el director del Parque Nacional Galápagos, Danny Rueda, informó que, desde marzo de este año, se está trabajando en un estudio por parte de la Universidad San Francisco, que es un ente de investigación acreditado en Galápagos, y tiene los permisos respectivos y que está recopilando la información en varios ámbitos como el productivo, ecológico y presupuestario para el control.
La entrega de este informe está prevista para diciembre de este año y contendrá los escenarios que la Autoridad Ambiental Nacional tuviera que analizar para tomar una postura. «La información oficial viene a través de una investigación de la Universidad San Francisco de Quito», ratificó.
«La investigación tiene que establecer también, cómo, en el posible escenario de ampliación de la RMG, va a ser sostenible en el manejo de control y vigilancia y eso es parte de la información que se entregará en diciembre», agregó.
Lo que sí tiene seguro el Gobierno son los estudios preliminares para la ampliación de la plataforma continental, que corresponden al suelo y subsuelo marino, y cuyo plazo de entrega, según la Convención del Mar, vence en 2022.
En diciembre, Costa Rica y Galápagos tienen previsto presentar un informe preliminar conjunto ante la Convemar que cubriría la parte nororiental del área marina de la islas, conocida como la Cordillera Submarina del Coco, según el canciller Luis Gallegos.
Y sobre la Cordillera de Carnegie que va de las Galápagos hacia el continente, el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, señaló que la investigación oceanográfica está avanzada en el 70%. (I)